
¡ H O L A !
La producción que sale de mi taller tiene un elemento evidente que da carácter a las obras: la reutilización de material textil.
Pero, además del suprarreciclado ( en mi caso más cercano a la cultura campesina que al actual “upcycling”) existe otro elemento común entre tapices, traperas y bordados…. La memoria.
Memoria de manos que enhebran, que zurcen, que remiendan...
Memoria del olor y el color de las tardes de infancia.
Y memoria de los poetas que cantan la luz; de los poetas que traducen y ponen título a lo que veo y siento.
En mis obras hay memoria de la tierra, del misterio del color que la luz reaviva o destruye.
Y memoria de los momentos en los que caigo en la cuenta del privilegio de ver crecer el trigo en los campos que un día fueron campos de batalla.
Memoria, en fin, de esos mágicos instantes en los que sientes que respiras con la tierra y ella lo hace contigo.
Por lo demás, en mis creaciones están tejidos el agradecimiento y el asombro. Agradecimiento a la vida, que me ha permitido llegar hasta aquí, y el asombro humilde de haber sido capaz de hacerlo.
En fin, que lo que aquí veis es el resultado de tejer emociones, memorias y un agradecimiento infinito a esta tierra tan desgarradoramente hermosa que nos acoge. Que nos acoge y nos conforma y en la que “seguirán los pájaros cantando” cuando ustedes y yo nos hayamos ido.